La Federación Galáctica siempre recibe a los planetas que logran pasar de la inteligencia hacia la madurez, son aquellos más desarrollados en los que sus habitantes son capaces de conocer la tecnología termonuclear por ejemplo.
Un día llegó el mensajero diciéndole a Naron que debía anotar un nuevo nombre en el libro pequeño, del grande a veces se tachan nombres y son aquellos que por cualquier clase de condición no pudo sobrevivir y terminan fracasando como sociedad. Sin embargo, del libro pequeño nunca se había borrado a nadie antes. Luego de pasar las coordenadas resulta ser que el planeta que se incorpora en el libre pequeño es la Tierra y entonces Naron le indica al mensajero que pronto se verán nuestras naves por toda la galaxia experimentando todo tipo de cosas. Inclusive le pregunta donde están experimentando con la tecnología termonuclear si es que ni siquiera tienen una base espacial a lo que el mensajero le responde que lo hacen en su misma tierra.
Después de esta conversación, Naron que es muy sabio queda totalmente consternado y no entiende como pueden los humanos hacer algo así, por ello es que por primera vez hace una excepción y los tacha del libro pequeño donde recientemente habían sido añadidos porque conoce su destino.