Héroe de acero

Toda gran hazaña comienza con una loca idea. Al doctor Juan, experto en robótica avanzada, se le ocurrió una noche crear un robot con capacidades de lucha, obviamente sería mucho más fuerte y capaz que el ser humano y eso más que miedo le daba gran excitación.

Al día siguiente se dedicó a buscar a todo un equipo que estuviera de acuerdo con su idea. No tardó mucho para encontrar colegas y científicos locos que trabajarían con él sin importar mucho más que conseguir al primer robot luchador de la historia.

Pasaron meses para que las piezas lograran verse como tal y más de un año para que el robot fuera robot. Todo lo que se necesitó para hacerlo había dejado en la bancarrota a más de uno de los que trabajaron, pero al final todo valió la pena.

Cuando se ensambló el primero y se lanzó a la opinión pública no tardó mucho en volverse viral. Ahora todo el mundo quería un robot luchador y había un solo grupo de personas que tenía la patente, el dinero fluyó como el agua del Nilo, en enormes cantidades y sin cesar.

Poco tiempo después la gente no se conformaba con ver a los robots demostrando movimientos de combate, querían verlos combatir. Las arenas inundaron el mundo, el deporte más visto ahora era este, los mejores jugadores tenían robots impresionantes y se tuvieron que crear reglas de tamaño, fuerza, materiales y hasta armas, porque la imaginación no es corta y las cosas que se vieron al principio fueron desproporcionadas.

Las luchas entre humanos dejaron de ser vistas, ahora las arenas de combate para robots rebosaban de gente, no había nadie que no supiera sobre estos juegos. Los primeros años los combates era de uno contra uno y solo se ponía en juego una suma de dinero o un título. Pero esto evolucionó, se formaron equipos, clubes e incluso otras formas de combate.


Los robots era creados para cada tipo de combate, unos para el combate con armas de fuego, otro para el combate con espada, otros para el combate cuerpo a cuerpo sin armas, otros para el combate entre varios robots, otros simplemente eran diseñados con una estética de niveles asombrosos para hacer demostraciones, el mundo había cambiado por completo y los robots de combate del doctor Juan eran el ejemplo más evidente de ello.

Todos los años se celebraba una especie de campeonato mundial donde los mejores países se concentraban alrededor de una sede. Todas las modalidades estaban en juego y el torneo duraba poco más de un mes. Al principio y al final del torneo se le rendía homenaje el siempre presente doctor Juan, quien se encontraba siempre en el palco principal viendo hasta qué punto había evolucionado sus máquinas.

Increíble ver como una idea tan alocada se convirtió en una realidad tan asombrosa, como un pensamiento puede cambiar el mundo si se pone en práctica y con esfuerzo y motivación se transforma en la realidad más palpable de todas

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