La pradera

Este cuento de ciencia ficcion es bastante impactante para todas las edades, ya que se trata de una familia del futuro que tiene una casa muy especial, esta casa está preparada para que todos los habitantes no deban hacer absolutamente nada mientras vivan en ella.

índiceLa casa se encarga de planchar, lavar, mecer a los niños y hasta cuidarlos como una niñera. Los hijos de esta familia que se llamaban Peter y Wendy eran muy rebeldes, pero les encantaba el cuarto que las máquinas del hogar armaban para ellos en modo de recreación porque era realidad virtual y todo lo que se les pase por la cabeza allí se hacía realidad, no había fronteras en los escenarios, así como tampoco en las cosas que se venían en mente, todo era posible.

Todo estaba de maravilla con esta familia viviendo prácticamente sin hacer nada y disfrutando de las comodidades que las máquinas habían puesto a su disposición.

Sin embargo, los padres de los niños se dan cuenta que algo anda muy mal y que todo no es tan fantástico como lo pensaron en un principio, si bien la familia ya no era autosuficiente, varias veces habían entrado en el cuarto de los niños con realidad virtual y encontrado un espacio totalmente africano con animales salvajes dentro. La última vez vieron a dos leones que estaban comiendo y destrozando su comida, lo que parecía ser en un principio un animal que habían cazado o algo similar. Sea como sea, esta escena claramente no era apta para niños.

Los padres decidieron que sus hijos debían visitar a un psicólogo y ellos fueron a encontrarse con él para hablar de su extraño comportamiento y también de una situación familiar que ya no les parecía tan fácil de sostener, pero él les dio como remedio que apaguen las máquinas de la casa, que se vayan un tiempo al campo y que allí vivan totalmente autosuficientes como deberían serlo.

Estuvieron lejos un tiempo, pero luego volvieron al hogar nuevamente y los niños corriendo a prender el cuarto de realidad virtual. Los padres entraron para ver que sucedía en la selva africana que ellos creaban y entonces vieron a dos leones nuevamente, pero lo que comían no era un animal, sino que eran sus cuerpos. El psicólogo visitó a la familia y se encontró con que los niños realmente habían matado a sus padres, tal y como tantas veces ellos lo habían hecho dentro de la realidad virtual que la máquina de la casa les creaba para que ellos se pongan a jugar.

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