Una empresa de robótica está fabricando robots mucho más avanzados, su nombre es U.S. Robots y generalmente los hacía sin voz hasta que creó una nueva versión para distribuir en las casas y ayudar con las tareas domésticas y demás.
Gloria quiere a su robot más que a nada en el mundo, más que a sus padres porque es quien realmente la criaba, pero su madre quiere sacarlo para siempre de su vida y lo consigue porque el padre, quien no está de acuerdo, tiene un carácter muy débil y se deja influenciar por todas las cosas que su mujer dice sin poder contradecir. Dejan a Robbie con sus creadores y siguen su vida, para que la niña se olvide y deje de lado la depresión viajan por todo el mundo, pero ella en todos lados lo busca y pregunta con él, piensa que tal vez lo vuelva a ver algún día.
Una tarde, cansados los padres de no poder hacer que su hija olvide a la máquina que la cuidaba, la llevaron a la central de U.S. Robots para que vea cómo es que arman a los robots y que se dé cuenta de que no tienen nada que ver con los humanos, por eso ella debe tener amigos de verdad y no de metal.
Estando en la central pasó algo milagroso, la niña encuentra nuevamente a su amigo Robbie y se lanza directamente a sus brazos, pero no se dio cuenta que en el camino venía muy rápido un tractor que acabaría con su vida. Sin embargo, sus padres miran espantados lo que ocurre porque son muy lentos para salvarla, también los guardias del lugar, pero su amigo Robbie si la puede salvar y se tira encima para que ella pueda vivir, así es como la sostiene en sus brazos y ambos terminan ilesos, luego de tal hazaña se dan cuenta los padres de que no es algo malo que su hija tenga un amigo robot capaz de dar la vida por ella y lo traen de nuevo a su cotidianidad.